sábado, 3 de enero de 2015

A por los reyes.

YA SE TERMINAN LAS FIESTAS NAVIDEÑAS.



Bueno, pues ya hemos sobrevivido con mayor o menor cordura a la Nochebuena y al Fin de año. Tus cuñadas y cuñados han vuelto a su olivo o a su agujero o a su adosado en el infierno. Tu suegra se ha despedido de ti deseándote una pronta recuperación, sigue empeñada en que esa gordura tuya es algo de nervios. ¡¡Que no leches, que no son nervios, que son donuts!!. Tu has engordado lo que suponías 3 kilos y subiendo y tu hígado está aun pendiente de sintetizar los tres cubatas que te metiste entre pecho y espalda en fin de año antes de las campanadas para entrar en el año nuevo como se merecía la ocasión: Borracha como el alcalde de Toronto.

En fin, que ya solo quedan los Reyes Magos. Aunque esta fiesta no me preocupa ni me agobia. Solo he de encargarme de comprar un gran roscón de reyes con una sorpresa muy gorda, muy gorda tamaño barriguitas para poder verla y evitar tragármela.

Aunque cada vez me gustan menos las fiestas navideñas añoro la noche de reyes de cuando era niña. ¡¡Que ingenuidad!!.
Esos trajes de poliester brillante que iban levantandonos el flequillo a los niños con la electricidad estática que provocaba al rozarse en las carrozas. Esos caramelazos que nos llevábamos, y total para nada, porque los caramelos aquellos eran malos de solemnidad,  casi siempre pillabas el de anís y no había quien los pelase, que te los comías con papel y todo y luego estabas una semana cagando celulosa.  Esos Melchor y Gaspar con barbas postizas mas falsas que el pelo de la Nancy y ese Baltasar  pintado de negro con corcho quemado. Que digo yo,que incluso en los 70 podrían haber encontrado a  alguien negro para subirse al remolque, pero claro ese concejal de festejos se moría por ser el alma de la fiesta.
Porque Baltasar es el Rey Mago con mas hinchas, el que todos los niños quieren, el que tiene siempre mas niños en su fila, el mas exótico y misterioso,  luego esta Melchor con su brillante barba blanca, que centellea mas que los dientes nuevos de Maria Teresa Campos, ese también, quizá porque nos recuerde a Santa Claus,  suele ser bastante popular, no tanto como Baltasar, pero lo suficiente, y luego esta Gaspar, ese pobre que aún no ha llegado a la senectud y por lo tanto no es ni entrañable  ni exótico y se mueve entre la mediana edad y la nada. Con esa barbita rala color castaña que no despierta simpatías y que mas parece un hipster recién levantado. A mi me daba pena Gaspar y siempre me ponía en su fila, para hacer bulto, para que no se sintiese abrumado por el éxito de los otros. La historia de mi vida, apostando a caballo perdedor, debí hacer como Carola y ponerme en las tres filas para tener fotos con todos y sacarlas cuando la ocasión lo requiriese.

A mi ya no me regalan nada, nunca aciertan conmigo,  soy capaz de descambiar un vale regalo. Me dan un sobrecito con dinero y a correr. En cambio yo disfruto comprando los regalos de los demás, me encanta ir de compras, comprar con el dinero de los demás es uno de mis pasatiempos preferidos.
  Lo mismo te compro un piso de cuatro habitaciones que un paquete de Tena lady, lo que necesites.

 Hace unas semanas, estaba yo tomándome un café con leche tan ricamente, pensando en todo y en nada, cosa muy habitual en nosotras, cuando reparé en tres chicas  y un chico de unos 20 años que estaban sentados junto a mi. Una de las chicas comenzó a decir que iba a pedirle a sus padres por reyes un teléfono nuevo y otra una tabla de snowboard. Bien, pensé, según el telediario los regalos clásicos  de esta temporada eran tecnología y ropa y artículos deportivos, el chico creo que pidió un Ipad. Y de pronto la tercera muchacha, mientras le pegaba un bocado al pincho de tortilla dijo:

      -Pues yo le voy a pedir un naughtibod.
      -¡¡Que buena idea!!- comentaron el resto al unisono, ¡¡fenomeno!!. Y siguieron a lo suyo.

Yo me quedé un poco confusa, no sabía lo que era aquello, pero lo averiguaría,  me gusta sorprender a los míos con regalos nuevos, con cosas que nunca se les ocurriría comprar a ellos, aun me quedaban mi madre, mi suegra y mi cuñada la matriarca coñazo.
      -Buscaré lo que es el naughtibod ese, y a lo mejor....





   Mira, me considero una mujer razonablemente moderna, pero pedirle al pobre de Gaspar un consolador que vibre al ritmo de mi ipod, pues no me parece la verdad. Además creo que el gadget este por muy tecnología punta que sea puede ser hasta contraproducente, imagínate que te pones villancicos  en tu nuevo gadget para entrar en situación y luego desarrollas una fijación con ellos y te pasa como al perro de Pavlov, que cada vez que escuches a Mariah Carey cantando "All I want for Christmas is you" entras en éxtasis...y esos cascabeles navideños sonando y tu agarrada al muñeco de Santa Claus del centro comercial.... 



No se, ademas depende de que música pongas es hasta peligroso. ¿Te imaginas vibrando al ritmo de Rammstein?, capaz de sacarte un ojo o si te colocas a Amancio Prada en el ipod puedes acabar dormida antes de que aquello cumpla su función. 



Tengo que darle una vuelta al asunto.

 Me quedo con ganas  de ver la cara de la pobre madre cuando la niña abra el regalo delante de ellos en la mañana de los reyes  y vea que lo que ella creía que eran unos altavoces para el ipod es en realidad otra cosa. ¡¡ Como ha cambiado la historia Gaspar!! y tu trayéndome paraguas, calcetines y chandals de Adidas.