martes, 24 de febrero de 2015

Opiniones, de opinadores profesionales y otros bichos.





          Hoy estoy realmente cabreada y una cuarentona cabreada es mas temible que un zombi gourmet. Estoy un poco hasta el falso Chanel de encontrarme con gente que se dedica a opinar. Opinar es su estado civil, su orientación sexual,  su vida laboral y su mundo interior, viven para opinar, son opinadores por que el mundo les ha hecho así. Van derramando su opinión como un dios Baco borracho de si mismo derrama vino por doquier, venga o no venga a cuento y convenga o no convenga al sufrido oyente.

        Hoy me he cruzado con una vecina con la que no suelo coincidir (A Dios gracias) en el parque de los perros. El día amaneció lluvioso y frió como es de recibo en el norte, que esa es otra, todo el día quejándose de la lluvia y del frió como si esto fuese Mauritania y no Bilbao, que yo recuerdo llevar las Katiuskas amarillas de Septiembre a Mayo sin quitármelas mas que para dormir, menudos caracoles se criaban por aquí, parecían seiscientos; a lo que voy , ambas íbamos envueltas en sendos plumíferos, bufandas, gorros de lluvia y paraguas. Yo ligeramente abotijada con tanta ropa, que tenia menos movilidad en los brazos que una Nancy, pero razonablemente presentable y ella, una señora oronda y chaparra, tamaño Hobbit que parecía envuelta en una lona de trailer. Nos cruzamos, yo con mis perras y ella con la suya.
           - Buenos días-le digo.
           -Buenos días- me responde.- Que día mas malo, ¿Eh?.
           -Si, típico del norte en febrero.
           -Vaya gordas que tienes las perras, están tremendas, parecen vacas y ¿Esas tetas caídas de la pequeña?, ¿Ha parido?

       Mira, igual otro día me hubiese dado lo mismo, pero hoy no era ese día, hoy por circunstancias fisiológica femeninas ajenas a mi voluntad,  no tenía el alma para folclore. La miro de arriba abajo (poco recorrido tuve que hacer la verdad, apenas un pestañeo y ya la había radiografiado dos veces), miré a su perra, una oruga con rastas y no daba crédito a lo que acababa de escuchar.
    Es cierto que todas en  mi casa tenemos que dejar los hidratos y hacer algo de ejercicio, y es cierto también que  tenemos las tetas mas caídas que una nodriza medieval jubilada, cosas de la edad, y las patatas fritas, pero que estás gorda y que tus tetas están desinflada lo puedes decir tú de ti misma,  no una vecina que encima  parece el iglú de Decathlon con tacones.
        - Pues si señora, están gordas y tienen las tetas caídas- respondí mirándola con mi expresión mas fulminante- ellas están vaciadas y  han sido utilizadas para criar, ¿Cual es su excusa?.

     Dicen que las opiniones son como el culo, cada uno tiene la suya, cierto, pero así como no vas enseñándole el culo al mundo a no ser que seas Miley Cyrus o Kim Kardashian, no tienes que ir opinando de la gente sin que venga a cuento.
Seguro que todos tenéis la típica amiga que te dice.
         - Yo soy terriblemente sincera, valoro muchísimo la sinceridad y eso me ha granjeado muchas enemistades, porque no todo el mundo aprecia mi sinceridad.
           -Tú lo que eres es una grosera de cuidado y lo que me apetece ahora mismo es gasearte con la laca que utilizas para sostener ese nido de pollos que llamas moño. -piensas, pero te callas.
   No queridas, no hace falta ser sincera "full time",  la sinceridad está muy sobrevalorada en determinadas ocasiones.
   Si tu amiga está probándose unos pantalones  con un print de tigre en tonos violetas en la tienda y aún estás a tiempo de remediar que salga a la calle vestida de Belén Esteban en una mala noche, pues lo remedias diciéndole sutilmente que quizá debiera comprar algo menos brillante. Pero si tu amiga te enseña las fotos de boda de su prima Encarni y en ellas aparece con un vestido tipo putón con ese print aderezado con un tocado de plumas de gallina del Perú en el mismo tono mezcladas con tul, gasa y pedrería de los chinos, pues le dices que estaba muy guapa, que ha tocado el cielo de la genialidad y que ya no podrá repetir nunca mas modelito porque ese ha quedado grabado a fuego en las retinas de los asistentes.
Si eres sincera y le dices parecía Aramis Fuster solo harás que se disguste.
Por eso mis queridos amigos, escoged bien a quien, y cuando le sois sinceros porque a veces una media verdad hace mas felices a los tuyos.




 Mi vecina me devolvió la mirada intentando descifrar si debía cagarse en mi madre o sonreír condescendiente, como no supo que hacer agarró su oruga y desapareció por entre las brumas de la mañana. Sospecho que nunca mas me devolverá los calcetines que se empeñan en despeñarse desde mi tendedero al suyo. ¡¡Adiós amigos de poliester del Primark, os echaremos de menos!!